domingo, 30 de marzo de 2014


 FOMENTAR LA AUTONOMÍA EN LOS NIÑOS DE ACUERDO A SU EDAD




Desde que son pequeños, los niños tienen la necesidad de aprender y conocer el entorno que les rodea y, aunque en un principio son totalmente dependientes de los adultos, a medida que van creciendo son, paulatinamente, cada vez más  autónomos. Esta autonomía se consigue cuando el niño logra tener una imagen positiva de sí mismo, creyendo en sus propias capacidades y con la seguridad necesaria para superarse cada día, haciéndose más responsable de sus propios actos.

Durante todo el proceso de aprendizaje hacia su autonomía, los adultos resultan ser una figura fundamental para ellos, dado que son quienes les van a enseñar a madurar, dándoles las pautas necesarios para lograrlo, ayudándolo siempre que este lo requiera y premiándole cuando lo consiga.

Pautas para fomentar la autonomía del niño

      -      Proporciona al niño el sentimiento de seguridad necesaria a través del afecto, el respeto y dándole la libertad para actuar y expresarse en cada momento.

       -      Respetar los ritmos y el grado de madurez, planteándoles metas que realmente puede conseguir, sin presionar al niño.

       -      Enseñar al niño los pasos que tiene que seguir al realizar una acción siempre con un ejemplo

      -      Observar al niño y corregirle si se equivoca explicándole como puede solucionarlo, pero antes debe procurar ser él mismo quien intente corregirlo

      -   Elogiar al niño cuando consiga realizar algo por sí mismo. Para ellos es importante el reconocimiento   por parte del adulto para que tener una buena autoestima.

      -     Es importante establecer rutinas ya le ayuda a preceder lo que le corresponde hacer, aumentando así su seguridad y ayudándolo a reforzar el aprendizaje adquirido

       -     Es imprescindible que cuando se le intente enseñar a que sean ellos mismos quien realicen una acción, todos los días y en cada ocasión deben hacerlo. El tiempo y la continuidad de la actividad es esencial para alcanzar el aprendizaje.
  
       -     Proporcionar los objetos, juguetes, actividades y situaciones adecuados para fomentar la autonomía

      -    Ofrecer al niño momentos de juego autónomo con otros de interacción y comunicación con el adulto para que aprendan a tener iniciativa y poner en práctica por sí solos lo aprendido.

   Algo imprescindible a lo largo de su crecimiento y la adquisición de su autonomía, es la paciencia por parte de los adultos, un factor necesario que realmente influye en el niño.

Consecuencias al no respetar el ritmo del niño en su autonomía

Muchas veces creemos que cuanto antes enseñemos a los niños a hacer cosas, más aprenderá a lo largo de su aprendizaje, sin darnos cuenta de que estamos presionando y exigiendo al niño hacia algo a lo que realmente no están preparados. Esto puede influir negativamente en el niño y en su personalidad consiguiendo el efecto contrario al que perseguíamos. Algunas de las consecuencias que produce en el niño son la inseguridad, falta de espontaneidad e iniciativa y el sentimiento de rechazado por el adulto al no conseguir los objetivos que le impone.

Otro caso opuesto al anterior, es la sobreprotección del niño. Este tipo de sentimiento por parte de los padres suele surgir por falta de tiempo, por pensar que aún no tienen la capacidad de realizar cosas por si mismos o por miedo a que les ocurra algo, sin percatarse de lo perjudicial que esto resulta para los niños, ya que no les permite desarrollar sus propias capacidades, retrasando su proceso y  generándole un sentimiento de inseguridad personal, además de problemas de aprendizaje y de relación con los demás.

Por todo ello, es importante respetar el ritmo del niño y darles la seguridad  para que tenga un crecimiento adecuado con unos hábitos de vida saludable.