FOMENTAR
LA AUTONOMÍA EN LOS NIÑOS DE ACUERDO A SU EDAD
Desde que son pequeños, los niños tienen la
necesidad de aprender y conocer el entorno que les rodea y, aunque en un
principio son totalmente dependientes de los adultos, a medida que van creciendo
son, paulatinamente, cada vez más
autónomos. Esta autonomía se consigue cuando el niño logra tener una
imagen positiva de sí mismo, creyendo en sus propias capacidades y con la
seguridad necesaria para superarse cada día, haciéndose más responsable de sus
propios actos.
Durante todo el proceso de aprendizaje hacia
su autonomía, los adultos resultan ser una figura fundamental para ellos, dado
que son quienes les van a enseñar a madurar, dándoles las pautas necesarios
para lograrlo, ayudándolo siempre que este lo requiera y premiándole cuando lo
consiga.
Pautas para
fomentar la autonomía del niño
-
Proporciona al niño el sentimiento de seguridad necesaria a través del
afecto, el respeto y dándole la libertad para actuar y expresarse en cada
momento.
-
Respetar los ritmos y el grado de madurez, planteándoles metas que
realmente puede conseguir, sin presionar al niño.
-
Enseñar al niño los pasos que tiene que seguir al realizar una acción
siempre con un ejemplo
-
Observar al niño y corregirle si se equivoca explicándole como puede
solucionarlo, pero antes debe procurar ser él mismo quien intente corregirlo
- Elogiar al niño cuando consiga realizar algo por sí mismo. Para ellos es
importante el reconocimiento por parte del adulto para que tener una buena
autoestima.
- Es importante establecer rutinas ya le ayuda a preceder lo que le
corresponde hacer, aumentando así su seguridad y ayudándolo a reforzar el
aprendizaje adquirido
- Es imprescindible que cuando se le intente enseñar a que sean ellos
mismos quien realicen una acción, todos los días y en cada ocasión deben
hacerlo. El tiempo y la continuidad de la actividad es esencial para alcanzar el
aprendizaje.
- Proporcionar los objetos, juguetes, actividades y situaciones
adecuados para fomentar la autonomía
- Ofrecer al niño momentos de juego autónomo con otros de interacción y
comunicación con el adulto para que aprendan a tener iniciativa y poner en práctica
por sí solos lo aprendido.
Algo imprescindible a lo largo de su
crecimiento y la adquisición de su autonomía, es la paciencia por parte de los
adultos, un factor necesario que realmente influye en el niño.
Consecuencias
al no respetar el ritmo del niño en su autonomía
Muchas veces creemos que cuanto antes
enseñemos a los niños a hacer cosas, más aprenderá a lo largo de su
aprendizaje, sin darnos cuenta de que estamos presionando y exigiendo al niño
hacia algo a lo que realmente no están preparados. Esto puede influir
negativamente en el niño y en su personalidad consiguiendo el efecto contrario
al que perseguíamos. Algunas de las consecuencias que produce en el niño son la
inseguridad, falta de espontaneidad e iniciativa y el sentimiento de rechazado
por el adulto al no conseguir los objetivos que le impone.
Otro caso opuesto al anterior, es la sobreprotección
del niño. Este tipo de sentimiento por parte de los padres suele surgir por
falta de tiempo, por pensar que aún no tienen la capacidad de
realizar cosas por si mismos o por miedo a que les ocurra algo, sin percatarse
de lo perjudicial que esto resulta para los niños, ya que no les permite
desarrollar sus propias capacidades, retrasando su proceso y generándole un sentimiento de inseguridad
personal, además de problemas de aprendizaje y de relación con los demás.
Por todo ello, es importante respetar el
ritmo del niño y darles la seguridad
para que tenga un crecimiento adecuado con unos hábitos de vida
saludable.
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